- La mirada del corresponsal El serio peligro de extinción de la familia imperial japonesa
- Monarquía El paso adelante del príncipe Hisahito de Japón, el adolescente que carga con la presión de tener que salvar a la dinastía de la extinción: "Estoy nervioso pero quiero cumplir con mi papel"
- Ley sálica Una princesa sin derecho al trono ni título seguro
El príncipe Hisahito (18 años), llamado a convertirse en el futuro en emperador de Japón -y, hoy por hoy, el joven que carga con la pesada losa de ser el único posible salvador de la dinastía reinante más antigua del planeta, en serio peligro de extinción-, ha concluido sus estudios secundarios. Vestido con impecable traje de corte occidental, el único hijo varón del príncipe Akishino -hermano del jefe del Estado, Naruhito- ha sido junto a sus compañeros de promoción protagonista de la ceremonia de graduación en la Escuela Secundaria Superior de la Universidad de Tsukuba en Otsuka (Tokio), donde ha estudiado desde 2022.
Preguntado por el enjambre de periodistas que aguardaban a Hisahito a las puertas del centro, el príncipe declaró con una sonrisa: "He pasado tres años muy gratificantes estudiando y participando en actividades extracurriculares. Estoy profundamente agradecido a todas las personas que me apoyaron, incluidos mis profesores y amigos".
El sobrino del emperador, el único integrante varón de la familia imperial japonesa menor de 50 años, tiene ahora por delante un mes de asueto, hasta su ingreso el próximo mes de abril en la Universidad de Tsukuba (Prefectura de Ibaraki, al noreste de Tokio), donde estudiará en la Facultad de Ciencias Biológicas.
Parece que su pasión por esta disciplina la ha heredado de su abuelo paterno, el ex emperador Akihito, y de su propio tío Naruhito. En una rueda de prensa el pasado diciembre, el rector de la universidad, Kyosuke Nagata, explicó que estaba convencido de que el príncipe se alojará en una residencia de estudiantes del campus mientras esté centrado en su grado superior.
El paso adelante del príncipe
Están siendo semanas especialmente intensas para Hisahito, quien al haber alcanzado la mayoría de edad ha tenido que dar un paso adelante en sus obligaciones institucionales. Así, el pasado 3 de marzo, el segundo en la línea de sucesión al Trono del Crisantemo ofreció la primera conferencia de prensa en toda su vida, ocasión en la que admitió que se sentía algo "nervioso" pero a la vez dio síntomas de gran madurez y aseguró que es bien "consciente de sus responsabilidades". Ese mismo día, Hisahito visitó los archivos de la Agencia de la Casa Imperial, donde pudo conocer en primera persona los trabajos de caligrafía y la labores de restauración para proteger los libros clásicos que alberga la extraordinaria colección de la Oficina de la Biblioteca, guardiana de bellísimos tesoros históricos de incalculable valor.
Hisahito siguió las explicaciones del investigador principal de la Biblioteca sobre cuestiones como el ancho de los pergaminos, el tipo de papel usado o las pinceladas y los caracteres. Detalles todos que causan fascinación en Japón y no digamos ya a ojos occidentales.
Pero a Hisahito se le enseñaron también los poemas escritos por soberanos como el emperador Reigen, que reinó en el siglo XVII, o por la emperatriz Teimei, esposa del monarca Taisho (1879-1926). Y es que la poesía es una de las artes con mayor vinculación a todos los miembros de la familia imperial japonesa. El propio Hisahito tendrá que recitar un poema durante la ceremonia de coronación -o Kawan-no-Gi-, de la que será protagonista el próximo 6 de septiembre, día de su 19º cumpleaños. Una cita histórica en la que, simbólicamente, será reconocido como príncipe llamado en un futuro a convertirse en emperador.
Cabe destacar que en Japón rige una férrea ley sálica por la que las féminas no sólo tienen vedado el acceso al trono sino que ni siquiera pueden transmitir derechos sucesorios. Es por ello que su prima, la princesa Aiko -única hija de los emperadores Naruhito y Masako-, está al margen de la línea dinástica.
El Gobierno de Tokio desembolsó más de dos millones y medio de yenes (cerca de 16.000 euros) para la confección de la primera corona que corresponderá a Hisahito. Algo que recuerda la humillación a la mencionada Aiko, a la que las autoridades japonesas negaron un lote de joyas, siguiendo la tradición, cuando se celebró la ceremonia oficial por su mayoría de edad -entonces, 20 años-, con el argumento de que el país sufría una profunda crisis por la pandemia de coronavirus. Aiko se tuvo que conformar con adornarse con una tiara prestada, una fabulosa joya de su tía Sayako, la hermana menor del emperador Naruhito que dejó de ser princesa al casarse con un plebeyo, tal como exigen las normas de la Casa imperial.
De las aficiones de Hisahito, se sabe que le gusta mucho el deporte, y en especial el bádminton, disciplina que ha practicado estos últimos años como miembro del club de su instituto. Por ello la Casa imperial ha distribuido estos días imágenes en las que se ve al príncipe con la raqueta y la camiseta sudada.
Desde que cumplió los 18 años, la asignación oficial que corresponde a Hisahito se triplicó hasta los 9,15 millones de yenes anuales.
En la mencionada conferencia de prensa, casi inevitablemente una de las preguntas de los periodistas al príncipe fue sobre el matrimonio. Hisahito salió como pudo diciendo: "Realmente aún no he pensado profundamente en el momento o la pareja ideal". En circunstancias normales, esa respuesta lógica en un joven de 18 años sería suficiente. Pero Hisahito va a estar desde ahora sometido a una presión muy superior a la de cualquier otro príncipe de todo el mundo para que escoja a la pareja adecuada. Como declaró a la prensa local la experta en estudios religiosos Hiromi Shimada, "algunos dijeron que era demasiado pronto para preguntarle sobre el matrimonio, pero estoy segura de que este tema será recurrente desde ahora. Los ciudadanos sentimos mucha curiosidad por el tipo de mujer con la que se casará el príncipe, quien probablemente se convertirá en emperador".
Y es que, no se olvide, la familia imperial se está quedando sin miembros -hoy sólo la integran 17 personas, varias de ellas de la tercera edad-. En la línea de sucesión, sólo están, además de Hisahito, su padre (59 años), actual príncipe heredero, y el príncipe Masahito, un tío del emperador que roza los 90 años, quien, como es lógico, no está pensando precisamente en sentarse en ningún trono.
Entre las mujeres, hay cinco princesas solteras. Además de Aiko, la princesa Kako (29 años), segunda hija del príncipe Akishino; la princesa Akiko (42), hija mayor del difunto príncipe Tomohito de la familia Mikasa; la princesa Yoko (40), segunda hija del difunto príncipe Norihito de Takamado; y la princesa Tsuguko (38), hija mayor del difunto príncipe Norihito de Takamado. Si cualquiera de ellas contrae matrimonio con un plebeyo, perderá su estatus imperial. Como hemos dicho, ninguna puede transmitir derechos sucesorios.
De ahí que, por muy joven que sea aún Hisahito, sea plenamente consciente de la ansiedad que provoca en la nación su futuro matrimonio y la necesidad de que tenga hijos, muchos se podría decir, que garanticen el futuro de la dinastía. Como para no sentir presión.