José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), en una

José Manuel Campa, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), en una Esteban Palazuelos

Banca

Campa (EBA): "Los aranceles provocan incertidumbre y volatilidad que pueden generar vulnerabilidad financiera"

El presidente de la Autoridad Bancaria Europea recuerda a las entidades que ninguna norma les impide explícitamente invertir y financiar el sector de la Defensa.

Más información: El BdE descarta problemas de liquidez en la banca por la guerra arancelaria pese a la "máxima incertidumbre"

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José Manuel Campa (Oviedo, 1964) es el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Él y su equipo son los responsables de construir el marco regulador y de supervisión del sistema bancario en Europa.

Durante estos días mira con atención el efecto que la política arancelaria de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, está generando en los mercados. Máxima volatilidad entre cuyas víctimas está el sector financiero ante el temor a una crisis global o, al menos, a una ralentización del crecimiento.

Hombre de pulso calmado, Campa atiende a EL ESPAÑOL-Invertia desde su oficina en París, sede de la EBA. Desde allí planifica y trata de poner la arquitectura necesaria para lograr la tan ansiada unión bancaria que permita, entre otras cosas, fusiones transfronterizas que generen grandes bancos europeos.

¿Cuál puede ser el efecto de la guerra de aranceles sobre el sector financiero? ¿Y sobre la economía?

La guerra arancelaria tendrá consecuencias negativas para el comercio internacional, disminuirá la actividad económica. En especial afectará a las industrias más expuestas a la actividad internacional.

Esto será negativo para las carteras de crédito de los bancos. Además, la incertidumbre que surge de cómo se van a implementar los aranceles, a qué bienes y de qué tamaño, está generando grandes fluctuaciones en los mercados financieros que pueden dar lugar a situaciones de inestabilidad y vulnerabilidad financiera.

La incertidumbre también paraliza las decisiones empresariales. Es importante que se reduzca la incertidumbre cuanto antes.

Los aranceles pueden, además, generar una oleada inflacionista. ¿Una ralentización en la moderación de los precios, que obligue a frenar las rebajas de tipos, es buena para las entidades financieras?

La guerra arancelaria tendrá consecuencias negativas para el comercio internacional

La evolución de los tipos de interés y, por tanto, de las subidas, ha sido muy positiva para los bancos. También ha venido acompañada de un ciclo económico muy benigno. Han existido mejora económica, rebaja del paro y una reducción de la morosidad de las entidades financieras.

Esas cosas son las que han ayudado a mejorar la fortaleza de los bancos. Ahora bien, si miramos para adelante lo que parece es que los tipos van a ser más altos de lo que se preveía en un primer momento. Eso sería en principio positivo para la rentabilidad bancaria en la Unión Europea.

Ahora bien, si al mismo tiempo se produce un momento de estanflación o una recesión, estaríamos ante un riesgo para el sistema por el deterioro de la cartera crediticia de los bancos. Por tanto, todo va a depender mucho de cómo evolucione el ciclo económico en los próximos meses.

En Europa lo que parece claro es que existe un cierto riesgo de estanflación, al menos para algunos países. ¿Los bancos europeos están capitalizados para un posible escenario de este tipo?

Estamos ahora mismo elaborando nuestros test de estrés, que presentaremos a mediados de julio o principios de agosto. Ahí se recoge un escenario adverso en el que se reflejan tensiones geopolíticas con una caída importante de la economía y un aumento de las primas de riesgo. Es un buen escenario para testar.

Si se produce un momento de estanflación o recesión, estaríamos ante un riesgo para el sistema por el deterioro de la cartera crediticia

Mi impresión es que el punto de partida de los bancos es bueno, el mejor de los últimos quince años. En términos de capital, de liquidez y de morosidad. La expectativa es que aunque el ejercicio sea duro, la solvencia del sistema en su conjunto sea fuerte.

Hace unas semanas reclamaba un marco regulatorio más robusto que permita unificar el mercado. ¿De qué manera?

Hemos hecho mucho desde la crisis financiera. Sobre todo con la supervisión bancaria y con los avances en la unión bancaria, pese a que todavía no está completa. Además, es cierto que la actividad de bancos internacionales en Europa en los últimos diez años no se ha incrementado. Por tanto, hay que impulsar aún más el mercado único, que es una de las lecciones de los informes Draghi y Letta. Debemos lograr que haya más oportunidades para los bancos en ese mercado único, eso es lo que nos queda pendiente.

¿Cuándo veremos fusiones transfronterizas en Europa?

Que hubiera fusiones de este tipo no es un objetivo para nosotros, pero que las hubiera significaría que hemos hecho bien nuestro trabajo y estamos logrando un mercado único.

El problema es que los directivos no lo ven. A su juicio, las sinergias en una fusión transfronteriza no se materializan. No hay solapamientos en oficinas, tampoco en redes de distribución, no hay ahorro de costes operativos ni de oficinas centrales.

No obstante, en banca corporativa y en banca de inversión sí hay actividad paneuropea. En consumo vemos que hay también más actividad transfronteriza. Pero en banca minorista, de retail, nos queda mucho camino por recorrer todavía.

¿Y por qué no acaban de ver estos movimientos las entidades financieras más allá de la lógica industrial?

La lógica industrial es el criterio más importante. El primero a valorar. En una integración hay dos creaciones de valor. La primera, integración y buscar economías de escala y ahorros de costes. La segunda, ingresos. Venta cruzada, venta conjunta a clientes. Es decir, sinergias en este campo.

En el escenario de costes no lo ven, porque dicen que en las operaciones transfronterizas no se producen estas sinergias. En la parte de ingresos, sí que son más sólidas las sinergias en la banca corporativa o de consumo.

Las sinergias en una fusión transfronteriza no se materializan

¿Por qué? Pues porque si piensas en negocio minorista, todavía hay grandes diferencias entre productos aparentemente similares. En los distintos países de la Unión Europea una hipoteca sólo tiene en común el nombre. El resto, desde el coste a los regímenes jurídicos, cambia en los distintos países.

¿En España hay espacio para que haya competencia si fructifica la fusión entre BBVA y Sabadell?

No voy a comentar una operación en marcha. Entiendo que la CNMC está analizando todo en términos de competencia. Lo que me gustaría es que a medio y largo plazo haya más actividad de bancos españoles en otras partes de Europa y al revés, más bancos europeos trabajando en España.

¿Cuál será el papel de la banca en la financiación de la Defensa?

La banca financiará aquello que sea necesario. Piense que hace dos años la presión era para invertir en sostenibilidad. Ahora es Defensa. En tres años puede ser en nuevas tecnologías o en cualquier otra cosa. Los bancos tienen que estar preparados para canalizar hacia inversiones rentables que la sociedad desea hacer.

Yo creo que tenemos que ser conscientes de que tenemos la necesidad de construir un complemento a la financiación bancaria. Un auténtico mercado de capitales, de financiación de fondos propios para las empresas. Ahora mismo está muy fragmentado y es pequeño y poco desarrollado.

Después, adicionalmente, en muchos de estos sectores como el de defensa, existen aspectos de sostenibilidad que tienen que ver mucho con bienes públicos en sentido de interés general, hay un papel esencial de la financiación pública y de la colaboración público-privada.

Por tanto, todo dependerá… Cuántos recursos se van a poner de lo público, de lo público-privado y de lo privado. Y de ahí ver cuánto va a deuda, que es donde los bancos son los proveedores naturales de financiación. En el resto, la banca ejercerá como asesor y coordinador para facilitar esas inversiones.

Pero las exigencias ESG penalizan las inversiones en Defensa.

No existe una penalización explícita legal sobre ningún sector. Es verdad que en las políticas de ESG de las entidades sí que había entidades que no financiaban determinados sectores, incluida la financiación de armas. Pero nada impide financiar la Defensa de forma legal.

De hecho, es política de los bancos. Ahora bien, hay una actitud cambiante de la sociedad sobre la Defensa, hay una dinámica política nueva y un fomento de la actividad en donde los bancos van a estar para financiar lo que haga falta.

El caso más obvio es el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que ha dado los primeros pasos para invertir en productos de Defensa.

¿Está la banca preparada para hacer frente a los riesgos del cambio climático?

(Risas) Te cambio la pregunta, ¿Está la sociedad preparada? Porque no lo parece. Tanto los bancos como la sociedad están trabajando en ello.

La banca no tiene ninguna prohibición expresa que le impida financiar el sector de la Defensa

Hay una regulación que ya impone algunas medidas. A finales de febrero sacamos un informe en el que decíamos que los datos y la metodología que hay para evaluar estos riesgos son insuficientes.

Hay que trabajar en esta dirección. En verano sacaremos unas guías para ver cómo pueden los bancos avanzar y, así, después poder hacer test de stress en esta materia. Estamos trabajando en mejorar la gestión de este riesgo y debemos continuar.

El riesgo climático no va a desaparecer. Va a ir a más. Dadas las políticas es posible que haya más riesgo físico porque el tiempo de transición será más lento y habrá que adaptarse.

También es importante tener en cuenta que si el riesgo va a existir, los bancos que desarrollen las mejores capacidades para gestionar este riesgo tendrán ventaja competitiva.